Violencia Intrafamiliar (VIF)
Defensa Penal

La violencia intrafamiliar (VIF) reúne conductas físicas, psicológicas, sexuales o económicas dentro de una relación de pareja o familiar. Para el imputado, lo relevante es que un mismo episodio puede abrir dos frentes: penal, donde se investigan delitos (lesiones, amenazas, maltrato habitual, desacato, entre otros), y familia, donde se analizan medidas de protección y, si hay hijos, arreglos provisionales de contacto y cuidado. Aunque no exista condena, el tribunal puede dictar medidas inmediatas que restringen tu conducta.
Tras una denuncia —especialmente en flagrancia— puede haber detención y control de detención. Desde temprano se evalúan medidas cautelares: prohibición de acercarse o de todo contacto, salida del hogar, firma periódica, arraigo e incluso prisión preventiva si el riesgo se considera alto. Incumplir una orden vigente expone al delito de desacato, que agrava tu situación y puede derivar en nuevas cautelares o pérdida de beneficios procesales. A efectos prácticos: si existe una resolución, se cumple estrictamente; no hay “excepciones informales”.
La calificación jurídica depende de lo ocurrido y de su resultado. En lesiones se miran los días de incapacidad y las secuelas; en amenazas, si fueron condicionales o no; en maltrato habitual, el patrón de reiteración más que un hecho aislado. La VIF, por el solo contexto, tiende a agravar la respuesta penal. No todas las discusiones son delito, pero cuando hay golpes, coacciones, hostigamiento persistente, control o daños, la investigación se orienta a tipificar y medir la gravedad.
La prueba suele incluir atenciones médicas, informes del Servicio Médico Legal, evaluaciones psicológicas, mensajes (WhatsApp, correos, redes), audios, cámaras, llamadas y testigos. Los tribunales valoran consistencia interna del relato, coherencia temporal con la evidencia objetiva y existencia de reiteración. También pesa la congruencia entre lo denunciado y los hallazgos clínicos. Desde la posición del imputado, cualquier contacto directo con la denunciante —si hay prohibición vigente— no solo es un error táctico: es un nuevo delito.
En sede de familia, pueden modificarse de inmediato dinámicas del hogar: salida del domicilio, limitaciones de visitas o visitas supervisadas respecto de hijos, rondas policiales y prohibición de armas. Estas decisiones impactan tu vida diaria y el trabajo, por lo que es clave entender que son órdenes judiciales y su infracción complica tanto tu situación penal como la familiar.
Respecto de penas, varían según la figura y el resultado. Lesiones leves pueden terminar en multa; lesiones menos graves y graves pueden llevar a presidio en distintos rangos según incapacidad y secuelas; las amenazas se agravan si son condicionales o se formulan por escrito; el maltrato habitual sanciona la reiteración; el desacato por incumplir medidas puede derivar en detención y pena privativa de libertad. Más allá del marco punitivo, considera los efectos colaterales: registros, antecedentes, limitaciones laborales y restricciones de contacto con hijos.
En términos prácticos para un imputado, lo esencial es no autoincriminarse, respetar a cabalidad las medidas que se decreten, evitar cualquier tipo de contacto directo si está prohibido y conservar todo elemento que pueda ser prueba (ubicaciones, mensajes completos sin editar, registros de llamadas, testigos). La investigación no se decide en redes sociales ni por conversaciones “para arreglar”; se define con evidencia verificable y cumplimiento estricto de las órdenes del tribunal.
En Poblete y Asociados Abogados, entendemos que este tipo de acusaciones puede destruir relaciones familiares y reputaciones si no se manejan correctamente. Analizamos en detalle las pruebas presentadas, verificamos que se respeten tus derechos en audiencias y negociamos medidas cautelares menos gravosas cuando corresponde. Una acusación mal defendida podría derivar en condenas severas y antecedentes penales. Con nuestra asesoría, aumentas significativamente tus probabilidades de proteger tu libertad, tu imagen y tu relación con tus seres queridos.

